El ritual diario

Comienza tu rutina de cuidado de la piel eliminando la grasa y/o el maquillaje. Con las manos secas, aplica de 3 a 4 pulsaciones del Aceite Limpiador Hidratante sobre el rostro seco, masajea para disolver la suciedad y el maquillaje, y enjuaga bien con agua tibia.

Aplique una pequeña cantidad de Snow Enzyme Cleanser EX en las manos limpias y secas. Aplíquelo uniformemente sobre el rostro seco y déjelo actuar hasta que las enzimas formen una textura espumosa. Humedezca las manos con agua y masajee suavemente el rostro para eliminar el maquillaje y las impurezas. Enjuague bien con agua tibia.

Después de usar el Aceite Limpiador Hidratante, aplique una pequeña cantidad de Jabón Limpiador en Polvo en la palma de la mano, añada agua tibia y frote hasta formar espuma. Masajee suavemente la espuma sobre el rostro y enjuague bien con agua. Úselo de 2 a 3 veces por semana para exfoliar y limpiar profundamente. Su suavidad permite usarlo también a diario.

Después de la limpieza, prepara tu piel con la Bruma de Aceite Bifásica para nutrirla e hidratarla. Agita bien y rocía uniformemente sobre todo el rostro. Úsala a lo largo del día para una hidratación rápida.

Después de rociar la bruma de aceite, aplique una cantidad generosa de Gel Calmante Equilibrante en el rostro para calmar y aliviar la piel. Masajee las escamas de oro y aplíquelas especialmente en las zonas secas o problemáticas.

Cierra los ojos y pulveriza el Dermatology Booster a 15 cm de tu rostro para enriquecer tu piel con una hidratación intensa.

Aplica de 4 a 5 gotas del Sérum Dermatológico para nutrir tu piel con potentes activos. Extiende el sérum suavemente con las yemas de los dedos por todo el rostro.

Rocíe el Dermatology Booster en todo el rostro por segunda vez para lograr una hidratación máxima.

*Opcional: Antes del PASO OCHO, espere 2 minutos y repita los PASOS 5 a 7 para una hidratación óptima.

Después de Boo-Se-Booing, completa tu rutina de cuidado de la piel con la Crema Dermatológica increíblemente hidratante. Aplica una cantidad generosa para hidratar y reafirmar tu rostro, especialmente por la noche antes de acostarte. ¡Nunca es demasiado!